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Los vericuetos de la normativa electoral pueden ser sorprendentes. El caballero de la foto es el primer ministro del estado de Maharashtra, y la dama que posa a su lado, su esposa. Ambos muestran ufanos el dedo corazón tras votar en unas elecciones celebradas en la India. Para evitar fraudes, las juntas electorales habitualmente disponen que cada votante, tras depositar su papeleta en la urna, sea marcado con tinta indeleble en un dedo. En esta ocasión se celebraban dos elecciones muy seguidas, y una vez gastada la opción del dedo índice, hubo que recurrir al dedo corazón.
Por eso los candidatos, a fin de fomentar la participación y animar a la gente a acudir a las urnas, exhiben su dedo corazón con sano ímpetu preelectoral. ¡Cuán traicionero puede llegar a ser el lenguaje corporal!
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