Me atrevo a terciar en una polémica doctrinal que, a pesar de su carácter estrictamente estacional, entorpece las relaciones económicas y diplomáticas entre dos potencias amigas y supone sin duda un obstáculo para la integración social y política de la Unión Europea.

Se trata del conflicto generado por la costumbre que han ido adquiriendo los turistas alemanes en sus visitas a las costas españolas, consistente en despertarse antes del alba y correr a reservar las mejores tumbonas de la piscina o playa colocando sus toallas u otras prendas identificativas antes incluso de desayunar. Las víctimas de tan depredatoria técnica suelen ser los turistas británicos, cuya inveterada flema les obliga a aguantarse y quedarse con las peores tumbonas o incluso sin ellas para todo el día.

Pues bien, el jurista germano Ralf Hoecker ha estudiado el asunto y ha concluido que la legislación española no impide a los turistas agraviados retirar las toallas y hacerse de facto con las tumbonas ilícitamente ocupadas, siempre y cuando sus actos no dañen la integridad de los susodichos objetos. Las conclusiones de su investigación figuran en un diccionario jurídico que acaba de publicar, como relata The Register e incluso la BBC.

Pues bien, ¿ha tenido en cuenta Hoecker el Código Civil español, que en su mismísimo frontispicio, el artículo primero, establece que la costumbre es fuente del Derecho, siempre que no sea contraria a la moral o al orden público y que resulte probada, como es el caso? Y aunque lo hubiera hecho, ¿ha considerado que si, siguiendo su peligroso consejo, los turistas agraviados retirasen por la fuerza las toallas ajenas de las tumbonas, podrían incurrir en una falta de coacciones del artículo 620.2 del Código Penal o incluso un delito de realización arbitraria del propio derecho del art. 455 del mismo cuerpo legal?

Hasta que la jurisprudencia aclare el entuerto, me permito aconsejar a los amables lectores de esta bitácora que sean también bañistas británicos víctimas de la citada usurpación que planteen su reclamación ante los tribunales españoles y eviten tomarse la justicia de su mano. No hagan ni caso, pues, a las temerarias admoniciones del Sr. Hoecker. Y mientras resuelven los jueces, traten a los teutones con la misma medicina: levántense de madrugada y reserven todas las tumbonas de la piscina con sus toallas más llamativas. Para ello, hagan turnos, organícense. La tumbona para quien se la trabaja.

Enlace permanente | | | del.icio.us

2 comentario/s:

 Anónimo:

Parece una chorrada, pero no veas si jo** que te levanten elsitio en la playa. Debería haber un juez de paz a la orilla para arreglar estos conflictos.:-)

1:35 PM  

 EDUARDO-LUIS M.P.:

sin mencionar el posible robo de tumbona y/o toalla por delincuentes ("la ocasión hace al ladrón") dado q la playa es pública (hasta ahora,si no corregidme)
un saludazo

5:32 PM  

Publicar un comentario en la entrada

Sugerencias y colaboraciones:  Si desea enviar alguna noticia, anécdota jurídica o artículo o ejercer como 'columnista' de esta bitácora, escríbanos a través de nuestra página de contacto (a la atención de Javier Muñoz).