Un quevedesco escondite
24 septiembre 2005 · 7:19 PM
Una
curiosa noticia fechada en Rumania nos ilustra sobre lo tortuosa que se vuelve en ocasiones la búsqueda de las pruebas del delito. Una joven descuidera fue descubierta in franganti por la policía sustrayendo un teléfono móvil. Tras el correspondiente cacheo, el aparato no apareció entre sus ropas. Pero no había duda de que el móvil estaba en su posesión, pues al marcar el número sonaba el tono de llamada muy cerca.
Una inspección médica en comisaría reveló que efectivamente el móvil estaba escondido
muy pero que muy cerca: la ágil ratera se lo había introducido por la vía más heterodoxa que imaginar quepa. Digamos que Quevedo habría incluido la anécdota en sus desternillantes
Gracias y desgracias del ojo del culo.
Una vez extraído y desinfectado, el móvil volvió a las manos de su propietario, quien lo aceptó sin demasiado escrúpulo. Vivir para ver.
Fuente:
Boing Boing
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Anónimo:
El 03 de Octubre el El Periodico daba la notícia con chicas de nacionalidad rumana también, pero residentes en Barcelona os copio los titulares que no me deja acceder a la hemeroteca sin registrarme:
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Un escondite muy íntimo
? Las menores rumanas esconden los móviles robados en la vagina
? Los Mossos d'Esquadra lograron descubrir la práctica porque una víctima llamó a su teléfono y éste sonó en el interior del cuerpo de la menor
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ya veis.
Anónimo:
Pues anda que el dueño, vaya estómago (nunca mejor dicho) volver a ponerse el móvil en la oreja
Anónimo:
Pues a mí esta noticia me ha recordado a las de móviles a los que les explota la batería...