La publicidad de los bufetes jurídicos (esa amena disciplina de la que en ocasiones damos cuenta), especialmente cuando no se cuenta con el consejo de los especialistas, oscila entre la pomposidad, la cursilería y la horterez más descacharrante.

Los casos más divertidos llegan casi siempre de Estados Unidos. Veamos hoy un ejemplo que nos sirve Overlawyered, nuestra garganta profunda de cabecera para estos menesteres.

Esta abogada, especializada en casos de alcoholemia, se presenta como Lady DUI. El lector versado en la lengua de Shakespeare notará el sutil juego de palabras entre DUI (acrónimo de Driving Under the Influence, conducción bajo la influencia del alcohol) y DI (apócope de Diana, nombre de cierta princesa de lánguida mirada y mundial fama tristemente fallecida, ay, en un accidente provocado, precisamente y según todos los indicios, por la excesiva propensión etílica del conductor).

¿Mal gusto, o marketing de guerrilla?



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