|
||
Español | English |
La tarea de mantener este guadianesco blog tiene a veces derivadas curiosas. Se supone que esto sirve para contar a los lectores las cosas interesantes que le pasan a uno. Pero corriendo el tiempo llega un momento en que uno hace que pasen cosas interesantes para contarlas en el blog.
Esto viene a cuento de lo siguiente. Esta semana he asistido en Ámsterdam a la conferencia anual sobre Derechos y responsabilidades de los inversores institucionales que patrocina el despacho norteamericano Schiffrin Barroway Topaz & Kessler y que aborda asuntos tales como la participación activa de los inversores, la defensa de los intereses de los accionistas minoritarios y los principios de buen gobierno de las empresas.
Es habitual que muchas conferencias acaben con un conferenciante estrella, un keynote speaker, que dé lustre y altura al evento. En este caso se trataba de Kofi Annan, el tipo que ha ocupado hasta hace poco uno de los puestos directivos más difíciles del mundo. Como él mismo explicaba en su discurso con contagioso humor africano, imagine el lector que le toca presidir un consejo de administración formado por 192 miembros, todos celosos de su independencia, muchos de ellos enemistados a muerte, y teniendo que responder ante seis mil millones de personas. Tras un repaso a los principales conflictos geopolíticos mundiales, saltando de continente en continente como quien se pasea del salón a la cocina, la sesión acabó en el terreno más pedestre y distendido del cóctel.
Y fue allí donde, con el mitómano arrojo que me caracteriza y canapé en mano, lancéme en pos del ex Secretario General de las Naciones Unidas entre 1997 y 2007 y Premio Nobel de la Paz en 2001, para hacerle la improvisada microentrevista que transcribo a continuación:
Javier Muñoz: Sr. Annan, ¿puedo hacerle una pregunta?
Kofi Annan: Sí, por supuesto.
JM: ¿Cree que dará algún fruto el proyecto de Alianza de Civilizaciones que propugna el presidente de mi país?
KA: Sí, en una idea que propuso el presidente Zapatero y el primer ministro turco Erdogan, y a la que he prestado todo mi respaldo puesto que va en la dirección correcta. Todos los esfuerzos son pocos para sentar en la misma mesa a las diferentes civilizaciones, buscar sus puntos en común, encontrar lo que nos une y no lo que nos separa.
JM: Muchas gracias.
KA: Un placer, buenas noches.
Comentarios | Enlace permanente | Recomendar: