|
||
Español | English |
Siempre me ha hecho gracia que al demandante en los pleitos civiles y laborales se le llame 'actor' o ‘parte actora’. Tras leer esta historia, creo que la denominación debería extenderse al acusado en los juicios penales. Menuda la que organiza este pésimo actor ante su público, en este caso un tribunal de Daytona.
Keison Wilkins, acusado de tentativa de homicidio, optó por renunciar a su abogado y defenderse solito. Su estrategia procesal consistía esencialmente en una sucesión de marrullerías y estrafalarios intentos de suspender la vista. A la vista de que sus tretas no funcionaban, al tipo no se le ocurre otra cosa que fingir un ataque al corazón en pleno juicio. No os perdáis el vídeo:
Como abogado se le ve muy malo, pero como comediante aún peor. Tras unos segundos de desconcierto, queda clara la farsa. Nótese cómo la juez y otro abogado sentado en la primera fila ni siquiera se inmutan cuando el tipo se lleva la mano al pecho y cae redondo.
Se suele decir que el abogado que se defiende a sí mismo tiene un necio por cliente. Hasta ahora me parecía que esa frase era una tópica generalización, pero debo reconocer que tiene algo de verdad. Como era de esperar, a nuestro protagonista le han cascado una buena condena y su melodramática defensa no le ha valido de nada. Tendrá que probar fortuna en el grupo teatral del Hotel Rejas.
Comentarios | Enlace permanente | Recomendar: